ANTECEDENTES BIOGRAFICOS
Don Manuel Jesús Andrade Bórquez, nació en Chonchi el 21 de Junio de 1886, hijo de Don Manuel Jesús Andrade Bórquez y de Doña Tránsito Bórquez Macías. Fue bautizado el 1º de septiembre del mismo año, en la Parroquia de San Carlos de esta ciudad, siendo sus padrinos Don Mariano Segundo Vera y Doña Filomena Bórquez.
Hasta el fallecimiento de su señora madre, el 23 de febrero de 1904, creció junto a sus hermanos: Remigio, Dolores, Gertrudis, Mariano y Filomena, en su residencia que estaba ubicada en el extremo sur de la que hoy es calle O’higgins.
Viaja posteriormente al pueblo de Queilen, para trabajar con su hermano Remigio en la Sociedad Maderera Austral. Su naciente espíritu aventurero lleva sus pasos para vivir una de las experiencias más recordadas de su vida, la que fue cruzar, como arriero la Cordillera de los Andes, en la zona Austral y radicándose en Argentina.
Regresa a su país para trabajar con unos parientes en Chillán. Luego, buscando nuevas perspectivas se traslada a la ciudad de Santiago, integrándose a la farmacia de propiedad de uno de sus primos.
Sus primeros estudios los realizó en una escuelita pagada por los padres de los alumnos, la que funcionó cerca de la iglesia y actual plaza de Chonchi, siendo su profesor Don Francisco Abel Gallardo. Cuando adulto completa sus estudios en la ciudad de Santiago, obteniendo el título de “Farmacéutico”, lo que le permite instalarse con su propia “FARMACIA INGLESA” ubicada en el barrio San Diego con Avenida Matta, a la que dedicó sus más caros anhelos, por espacio de unos 30 años aproximadamente, siendo muy querido y apreciado por sus clientes y amigos, destacándose entre ellos el ex-Presidente de la República Don Arturo Alessandri Palma, a quien le unía una gran amistad.
Fue comandante de las milicias de la República, Director de la Brigada de Scout “Alcibíades Vicencio”, abnegado bombero de su querida “Octava Compañía”, siendo esto un gran mérito en aquel entonces, pues eran tan precarios los medios de que se disponían, que ser bombero constituía prácticamente un acto de heroísmo. Como deportista participó en diversas competencias de motociclismo.
Fue galardonado por el Rey Víctor Manuel de Italia, en la presentación en una gran exposición de productos químicos, con una hermosa Medalla al Mérito y una Cruz Esmaltada.
A la edad de 27 años, un 13 de septiembre de 1913, contrae matrimonio con Doña Blanca Estela Salgado Villanueva, del cual nacieron tres hijas: María Silvia, Estela del Tránsito y Laura de las Mercedes, que actualmente están radicadas en Santiago.
Su casa era el hogar de los chilotes, donde se recibía con mucha cordialidad a los coterráneos, que lo llamaban cariñosamente el “Cónsul de los Chilotes”. Fue apoderado de un sin número de jóvenes que iban a la capital, muchos de ellos fueron grandes profesionales.
Para ellos, encontrar el calor de la acogida en un hogar donde se conservan todas las costumbres isleñas, significaba el tierno vínculo que ya no los hacía sentirse tan extranjeros, allá en el Norte, pues en aquellos años, era un verdadero viaje de esfuerzo “ir a Chile”, como se decía aquí en Chiloé.
Enviudó muy joven, lo que posiblemente acentuó su vena poética y sentimental, provocado por dos grandes dolores de su vida: la muerte de su madre y de su esposa, dolorosos momentos que lo motivaron a escribir hermosos versos, con un profundo contenido humano y con la sencillez propia de un hijo, plenamente identificado con su tierra.
En Junio de 1945, cumplido los 59 años de edad, contrajo matrimonio por segunda vez, con la señora Laura Estela Castaño Gómez, y juntamente con ello surge la relación y amistad con su ahijado de matrimonio, el compositor Sr. Porfirio Díaz Parra, quien escribió música a muchas de sus creaciones.
Los últimos años de su existencia los vivió acompañado de su segunda esposa, con domicilio en calle Cuevas Nº 803 de Santiago, falleciendo a los 67 años de edad, un día 31 de mayo de 1953, cumpliendo el deseo que escribió como epitafio en la tumba de su madre:
“Mi corazón que estuvo junto al tuyo
Y latió, porque le diste vida.
Ha quedado llorando en este mundo,
hasta que vuelva a tu regazo un día.”
Aporte biográfico: Profesor Rubén Barría
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